Toda empresa tiene un visionario. Alguien que creyó que podría mejorar el mundo o nuestras vidas en algún aspecto a través de sus productos. En Nanos fue Pilar Martínez Sanjuán, que hace casi 60 años imaginó una nueva marca de ropa infantil que combinase diseño y calidad a través de la pasión por el detalle.
Nació rodeada de hilos y costuras ya que su padre era el sastre del pueblo, Ortigueira. en esta preciosa localidad del norte de Galicia Pilar aprendió a respirar, soñar y disfrutar. En 1954 se casó con Roberto, un valenciano con el que construyó no sólo una familia de 10 hijos, sino también la familia empresarial que siempre ha sido Nanos.
Pilar ha crecido haciendo crecer a Nanos y pasando de un modesto taller a una compañía que comercializa sus prendas en todo el mundo. Hoy, repasamos con ella los inicios y el camino no sólo hasta el presente sino también hacia el futuro y comprobamos cómo sigue manteniendo intacta la ilusión por la moda infantil y su pasión por el detalle.
Conocemos mejor a Pilar y a su pasión por la moda infantil
Nanos: Pilar, ¿Cómo surgió la idea de una empresa como Nanos? ¿Tenías algún tipo de relación anterior con el mundo de la moda o la costura?
Pilar: En realidad y siendo honestos, Nanos surgió inicialmente más por necesidad que por ambición. Yo siempre había hecho la ropa de mis hijos, pues siendo una familia tan numerosa, suponía un ahorro importante. Aunque nunca me gustó coser demasiado y en parte, era casi una obligación, tenía buena mano con la costura, sobre todo con el corte. Mi marido, Roberto, había montado una fábrica de pintura y, para ayudar, empecé a coser y vender mis propias prendas de ropa infantil, fundamentalmente prendas para recién nacidos. Pese a que mi padre tenía una sastrería en Ortigueira, mi pueblo natal, yo nunca me había planteado que eso se convertiría en mi futuro, pero la combinación de necesidad y oportunidad hizo que diésemos los primeros pasos en esta aventura.
Nanos: ¿Cuál fue la primera prenda que cosiste?
Pilar: En el momento en el que decidí comenzar a hacer la ropa a mis hijos, recuerdo que compré de 20 metros de telas y gomas para empezar a coserlas y convertirlas en peleles, braguitas y pañales. Sin saberlo esta fue la primera inversión que daría origen a Nanos y un sueño que ha llegado hasta hoy.
Nanos: ¿Cómo empezaste con la distribución y las ventas?
Pilar: Es una historia muy curiosa porque la primera vez que salimos a intentar vender nuestros primeros productos fueron mi marido y mi hermano con media docena de muestras. No consiguieron vender nada (tampoco tenían mucha fe), así que la segunda vez decidí salir yo misma a una tienda cercana. Empecé a hablar con tanta vergüenza, que fui yo la que acabé comprando en la propia tienda (cuenta entre risas). Pocos días después volví a intentarlo en unos almacenes de la ciudad y conseguí vender una buena cantidad. Nada más salir de la tienda, me puse en contacto con una buena amiga que cosía muñecas y ambas nos pusimos a cortar, confeccionar y bordar las prendas para poder cumplir con el pedido.
Hay una anécdota muy curiosa de las primeras ventas y es que la primera vez que vendimos un pijama a unos grandes almacenes en Ferrol, tardamos meses en volver por allí por el miedo a lo que nos pudieran decir. Afortunadamente, nuestra ropa infantil y nuestra forma de enfocar el corte y la confección eran muy apreciados y rápidamente las ventas fueron aumentando.
Nanos: Supongo que fue a partir de ese momento donde decidiste dar el salto y montar el primer taller de costura, ¿cómo era al inicio?
Pilar: (Ríe) En realidad, el primer taller lo teníamos en nuestra propia casa; bueno más que un taller era una máquina de coser, que tuvimos que ir ampliando comprando otras a medida que aumentaba el número de encargos. Pasado un tiempo y a medida que la familia iba aumentando, nos mudamos de piso y nos llevamos el taller al nuevo piso con nosotros, y así, poco a poco fuimos también incrementando el tamaño del taller para poder cumplir con todos los pedidos que recibíamos.
Nanos: De todo el proceso, desde el diseño de la prenda hasta la venta final, ¿qué es lo que más te gusta?
Pilar: Realmente, lo que más me ha gustado siempre de todo el proceso es la confección de la prenda, especialmente el corte porque lo considero una de las bases para crear prendas de calidad y confortables. Afortunadamente, siempre me he rodeado de un equipo magnífico de costura, apasionados por el detalle y que convertían en realidad las prendas que diseñábamos.
Nanos: Construir una gran familia y en paralelo una gran empresa. ¿Cómo pudiste compaginarlo?
Pilar: Pues la verdad es que no fue sencillo. A medida que el taller fue creciendo, como el piso no era demasiado grande, tuvimos que poner las máquinas de coser en una de las habitaciones de los niños e incluso llegamos a coordinar las horas de trabajo en el taller con el horario del colegio de los niños. Un día, siguiendo los consejos de mi padre, que había venido de visita, decidimos mover el taller al salón de casa.
Fue complicado compatibilizarlo todo con responsabilidad, pero también fue extremadamente satisfactorio porque a medida que los niños fueron creciendo y formándose, algunos se incorporaron a Nanos a aportar su granito de arena con una visión actualizada y profesionalizada y gracias a ellos, Nanos ha logrado ganar potencia como marca y comercializar internacionalmente su ropa en un mercado tan competitivo como el textil.
Nanos: ¿Cómo era ser una mujer emprendedora hace 60 años?
Pilar: En realidad, hemos sido un matrimonio emprendedor. Yo aportaba una visión más operativa y mi marido siempre aportó un gran criterio empresarial que nos permitió desarrollarnos y crecer con rapidez y fortaleza.
Nanos: ¿Cuáles son los valores sobre los que habéis construido Nanos?
Pilar: En mi opinión, lo más importante es un diseño atractivo y una excelente confección. Esa combinación es nuestra gran diferencia y siempre ha sido nuestra apuesta. Son el pasado, el presente y los valores que conservamos como base para el futuro de Nanos.
Nanos: ¿Hay alguna clave para mantenerse en el mundo de la moda infantil durante casi 60 años?
Pilar: Yo diría que hay 3 factores fundamentales: trabajo, constancia y un equipo de grandes personas. Siempre he tenido alrededor personas que con su esfuerzo y talento han contribuido al crecimiento y fortalecimiento de la empresa. Desde la visión complementaria y el apoyo de Roberto, mi marido hasta la creatividad de nuestro equipo de diseño, liderado por Mary Porta, pasando por un taller en el que cada prenda era confeccionada con mimo y cariño. Ellas y ellos han sido siempre clave en la familia Nanos.
Hoy, y a lo largo de los casi 60 años de nuestra historia, miles de niños han vestido y visten los mejores momentos de su infancia con prendas de Nanos y la compañía es reconocida en todo el mundo a través de sus colecciones para recién nacido, bebé niña, bebé niño, niña y niño. El sueño de Pilar continúa creciendo y a su ilusión, se une la de un equipo de más de 45 personas que, día a día, compartimos su visión para seguir vistiendo momentos felices.
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